Dos son las maneras‚ muy diferentes entre sí‚ de catar café y en cada una de ellas se analizarán diferentes parámetros.

Cata de café – Fotografía Fernando Miranda

El objetivo es el mismo que el de cualquier análisis sensorial de cualquier otro producto: Conocer sus características‚ ya sean defectos o virtudes.

Para ello‚ a través de nuestros sentidos‚ analizaremos:

Acidez (elemento fundamental de un buen café)
Cuerpo (peso o volumen en boca)
Aroma
Sabor

Los dos métodos utilizados para la cata son la “Cata de espresso” y la “Cata a la brasileña”. La principal diferencia entre ambos es que en la segunda catamos una infusión que poco tiene que ver con lo que nos servirían en una cafetería. En cambio‚ en la cata de espresso catamos un café terminado tal como nos lo servirían o deberían hacerlo‚ cada vez que pedimos un espresso en cualquier parte.

Básicamente una se enfoca más en reconocer la calidad de los granos de café, y la otra, en reconocer la excelencia en la preparación de la infusión.

El tipo de beneficiado‚ es decir‚ el proceso mediante el cual el fruto del cafeto es tratado para separarlo del grano (semilla); el tipo de tueste‚ un tostado ligero permitirá apreciar de mejor manera las características del café‚ en cambio un tostado fuerte tapará aromas y sabores delicados; el tamaño de la molienda‚ la temperatura del agua y el tiempo de infusión son algunos de los factores que nos permitirán obtener infusiones de gran calidad‚ o no si es que no tenemos un barista a mano‚ ya que un buen profesional del café sabrá sacar a relucir lo mejor de los granos con los que trabaja.

En entradas posteriores detallaré el procedimiento para llevar a cabo cada uno de los métodos de cata mencionados; así es que estén atentos a los nuevos post o visiten el apartado “Café”.

«Frente a una taza con café se piensa, pero también se 

discute, se recuerda o se argumenta. Frente a la taza con café se columbra, 

se reflexiona, se sueña, se imagina, se escribe, se conversa, se enamora, 

se seduce, se rompe, se reconcilia, se halaga, se sugiere, se invita…

Y el café, el misterioso café escucha, profetiza, atestigua, aconseja, da fe, 
observa, asiente, se ruboriza…»
 

 Gustavo Máynez Tenorio

 

Laura Decurnex
Sommelier
Fotografía Fernando Miranda

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