El Marsala es uno de los grandes vinos encabezados del mundo‚ junto con el Oporto y el Madeira‚ sin embargo durante la época de la filoxera lo ha pasado mal y ha dado vinos de baja calidad que rápidamente le impusieron una imagen muy desfavorable. Es a partir de 1980 cuando se comienza a reconstruir su antigua buena fama.
En la isla italiana de Sicilia‚ alrededor de la ciudad portuaria de Marsala es que se elabora el vino homónimo. Cómo ya les anticipé es un vino encabezado‚ es decir que‚ durante su elaboración se le añade alcohol vínico para conseguir una mayor graduación alcohólica.
El objetivo primigenio de esta práctica era conseguir que los vinos “viajaran” bien o¸ dicho de otra manera; que pudieran llegar a destino‚ luego de largas travesías‚ en buenas condiciones para el consumo. Posteriormente esta práctica se hizo común‚ fue bien recibida por los consumidores ingleses principalmente‚ y así se fue formando toda una familia de vinos de este estilo.
John Woodhouse‚ comerciante inglés‚ hizo famoso este vino luego de un viaje que realizara a Sicilia entre los años 1770 – 73‚ encontrando en él una alternativa al costoso Jerez.

 

El Marsala se elabora a partir de las variedades Grillo‚ Catarratto‚ Damaschino e Inzola‚ debe encabezarse únicamente con aguardiente de vino‚ puede alcanzar los 18-20% vol. y tener hasta diez años en barriles de roble. Se utiliza en su elaboración el método  llamado “in perpetuum” similar al Solera utilizado en Jerez.
Se producen diferentes tipos de Marsala que se diferencian por su color‚ nivel de dulzor o añejamiento.

Por color: Orode color dorado‚ Ambra de color ámbar y Rubino de color ruby.

Por nivel de dulzor: Secco‚ hasta 40 gramos de azúcar residual por litro. Semisecco‚ de 40 a 100 g/l. Dolce‚ más de 100 g/l.

Por añejamiento: Fino‚ entre 12 y 8 meses en madera. Superiore‚ 2 años en madera. Superiore Riserva‚ 4 años en madera. Vergine‚ siempre seco‚ requiere de un mínimo de 5 años en madera. Vergine Stravecchio‚ también siempre será seco y requiere de 10 años de reposo en madera.

Estos vinos se sirven principalmente como aperitivos o vinos de postre.
Los expertos coinciden que los mejores exponentes son siempre los que no contienen azúcar residual.

Laura Decurnex
Sommelier

*Nota publicada originalmente en Bebidas & Cia http://www.vinodeuruguay.tv/Revista.htm en su edición #XII

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