Una nota de cata es una sucesión de descripciones sensoriales. Como por ejemplo, las descripciones de aromas tales como los frutales, florales, vegetales, etc., y sensaciones táctiles, entre las cuales podemos contar la astringencia, el calor o la sensación picante.
Pero ¿Cuál es la finalidad de una nota de cata?
La nota de cata se convierte en una herramienta muy útil al momento de decidir adquirir un vino e inclusive para algunos consumidores es prácticamente imprescindible, ya que la nota de cata lleva aparejado consigo un mensaje; una descripción acerca del vino en cuestión y para quien no ha probado antes ese vino es una forma de guía.
Pero para que la nota de cata pueda cumplir su cometido el mensaje debe ser claro, entendible y sincero.
La crítica más común de quien recién se inicia en el mundo del vino, para las notas de cata, es que son muy similares entre sí. Muy frecuentemente escuchamos decir que “todas las notas de cata son iguales” esto se debe a que nuestro lenguaje para expresar sensaciones táctiles y aromáticas objetivamente, sin irnos por las ramas, es muy pobre y, por otro lado, si se usara un lenguaje muy técnico el mensaje no llegaría exitosamente al consumidor.
Hay gran diversidad de estilos de notas de cata, están las que analizan e identifican los componentes del vino o las que incluyen una larga lista de frutas, vegetales, flores, etc., hasta las metafóricas, imaginativas, educativas y demás.
¿Y la puntuación?
Una práctica muy común de encontrar en las revistas especializadas en vinos y guías de vinos, inclusive en páginas web en las que encontraremos notas de cata de profesionales y aficionados, es que dichas notas de cata están acompañadas de una puntuación. Pero, hay que tener en cuenta que en un cierto rango de puntuación, de 90 a 100 por ejemplo, se encierra gran diversidad de tipos de vinos.
Lo mismo nos podemos encontrar con un tinto joven muy frutado o un blanco de cosecha tardía o espumantes. Esto es porque solo con un número no se puede describir un vino, aunque sí podremos suponer (por el alto puntaje) que estamos ante un vino excelente en su estilo. Habiendo dicho esto aclararé que una nota de cata seguramente comience a tener sentido cuando podamos catar el vino, valorarlo nosotros mismos y comparar nuestras impresiones con las del autor de la nota de cata original.
Ahora no les queda más que catar y comenzar a enriquecer su lenguaje, para así poder alardear con sus amigos del exótico y elegante Cabernet que tuvieron el lujo catar el último viernes.
Facebook me recordó hace unos días que había posteado esto en 2009, por lo que seguramente se trate de una de las primeras cosas que he escrito sobre vinos. En su momento lo destiné al blog del Club de vinos Bolivia. Un proyecto que, como muchos otros, se quedó trunco. Y ahora lo comparto aquí, con algunas pequeñas correcciones, para que no se me pierda. Además le sumo algunos datos adicionales a continuación 😉
El diario de cata
Así como es necesario escribir notas de cata para conocer las características de un vino, también es importante llevar un diario de cata para que esas notas no se pierdan y las puedas consultar cuando consideres necesario. Tal vez cuando luego de mucho tiempo te reencuentres con una etiqueta que sabes que te había gustado, pero no recuerdas porqué, o cuando estés pensando en hacer un regalo especial o quieras recomendar un vino a un amigo. En fin, hay mil razones para necesitar releer tus notas de cata y si no las almacenaste todas juntas en un mismo espacio puede ser un poco complicado hallarlas.
Por eso ya en un post anterior, El diario de cata, memoria implacable, te explicaba como llevar un diario de cata y los diferentes soportes donde puedes hacerlo. Además de dejarte un archivo de Word editable para que te descargues.
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Lau Malbec, una sommelier en Bolivia.
Lau Malbec, una sommelier en Bolivia.
Fotografía de portada: pxfuel
